He estado haciendo un test de los
que a mi me gustan con un flash anular portátil adaptándolo a mi trabajo. Por
problemas de agenda lo he podido usar en 4/5 sesiones reales pero voy a
contaros mi experiencia en ellas.
El flash tiene un aspecto robusto
pero no aventuraría a maltratarlo, con las luces y todo el equipo siempre hay
que tener mucho cuidado. Al tacto es más que aceptable y pensando que una
batería extra cuesta poco y que una vez calzado en la cámara se puede manejar a
mano sin problema me olvido del trípode.
Reviso la potencia y especificaciones y dice que tiene 400W, potencia
más que suficiente y me froto las manos pensando en hacer retratos tipo
Esquire. También pone que no permite más de 60 disparos seguidos a plena
potencia para no recalentarse, cosa que veo que no es un problema, pues he
superado esos disparos en dos sesiones y ni se ha parado a pensar. Pone que
tiene unos 400 disparos por batería, cifra aproximada, los he superado en un par
de sesiones y la batería no se ha acabado, además usando la iluminación led.
¡Ah y el tiempo de reciclaje le da sopas con ondas a los generadores autónomos
que he usado! Rápido es poco.
Lo use en una sesión con Tulsa
para Rockdelux y este es el resultado.
Probé a sacarlo de la cámara y usarlo como luz de flash convencional.
Lo saque en las fotos como un
elemento más del retrato.
Incluso lo utilice para encuadrar una imagen.
Me encontré con un pequeño
problema. Por la fabricación del difusor hace que haya que ser muy escrupuloso
para colocar la lente y que sobresalga lo suficiente para que la luz del flash
no entre en la lente. Yo preferí jugar con ella y solarizar la imagen para
sacarle partido a mi favor, el resultado me encantó.
En otra sesión que realice para
un proyecto propio me encontré con que podía usar los led como fuente de
iluminación principal y con un resultado bueno. Los controles tanto del led
como del flash son muy fáciles, intuitivos que es lo importante. Esta vez tabaje con Mucho a los que asalte en los camerinos de la sala El Sol de Madrid.
Trabajé en un espacio pequeño
donde no podría iluminar con esa calidad y poder moverme. La solución de una
luz en la cámara es la mejor para el espacio y la calidad la buscada. Opté por
fotografiar rápido, medir en un par de disparos y decidir como hacerlo en segundos.
Hasta ahora había usado un ring flash en alguna ocasión pero sin trípode era
pesadísimo e inmanejable, o casi. Además por mi forma de trabajar lo del
trípode siempre me ha parecido un estorbo y una lentitud, así como los
generadores. Cuando trabajas rápido lo que tarde en recargar un generador
autónomo es una eternidad y no va con mi modo de disparar el flash.
Creo que en un futuro cercano lo
incorporaré a mis producciones.
Pero se me pasa por alto lo
primero que surgió al sacar el flash de la caja…. ¿A nadie se le ha ocurrido
pensar que es necesaria una bolsa de transporte? Si se saca un flash con la
intención de que sea lo más portable posible, alimentado por una batería
pequeña, con un peso total de 1,4 kg, sin necesidad de cables de red lo mínimo
es pensar que de alguna manera te lo vas a llevar. Lo que me interesa de este
flash es cargar con él a todos lados, llevármelo a mitad de un bosque, a una
localización perdida donde no pueda enchufar mis flashes de estudio. La primera
en la frente. Si piensas moverte vete pensando en hacerte una bolsa a medida.
Conclusión buena- Calidad precio
fantástico, peso, maniobrabilidad, resultado y expectativas cumplidas.
Equipo cedido por Foto 321
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