Hoy me toca ir a cubrir Los Premios Goya para Cinemania. Un trabajo que de puertas para fuera parece “glamouroso” pero que de currito suena a paliza. Primero, por ser dos photocalls por los que pasarán cientos de personajes y segundo, por la cantidad brutal de horas que se puede llegar a trabajar allí. Para que os hagáis una idea, a eso de las 17:00 estaré por el recinto para recoger mi acreditación y buscar sitio en un photocall que comienza a las 19:00 y durará hasta pasadas las 21:00. Una vez acabado, corriendo al photocall de los premiados y allí hasta la 1:00 que salgan todos los premiados para la foto de familia. Eso sin contar que un photocall rodeado de compañeros, otros que no lo son tanto, freaks y blogueros puede ser un infierno en vida. De no vivirlo no puedes saber lo duro que llega a ser esto, con gritos, prisas, sofocos... Si el artista de turno no te mira, no vale la foto. Ss no tienes a X, jaleo en la redacción. Y las estrellitas no dan segundas oportunidades. En fin... Durante la semana aprovecharé para comentar cómo ha ido todo el trabajo y lucir lo que pueda haber sacado en claro de toda esta vorágine. Mientras tanto os recomiendo que os deis un paseo por el blog de www.eduesfoto.blogspot.com , un excelente compañero muy crítico y que ya ha abordado en varias ocasiones la problemática de los photocalls.
domingo, 13 de febrero de 2011
sábado, 5 de febrero de 2011
13 segundos
Comento con los compañeros del Colectivo Anguila la situación actual en la que los retratos se hacen a modo exprés. Tanto ellos como yo hemos realizado unos retratos a músicos recientemente en un tiempo record: 13 segundos. La tónica resulta preocupante por la desgana y falta de rigor por parte de los artistas y de todo el entramado humano que les rodea – desde promocioneros a road managers.
Esta vez bien podría no haber realizado este retrato. Que alguien no me dé tiempo significa que difícilmente va a aportar algo su retrato. Así lo único que hacemos es parchear y resolver una situación a golpe de experiencia y oficio. Aún así salen fotos dignas pero me pregunto si merece la pena hacerlas o va en contra de nuestro propio trabajo. El sujeto desganado es Jon Spencer, por cierto.
En el otro lado de balanza esta mi experiencia con Pional, un curioso proyecto electrónico. Con él sobro tiempo, de hecho las primeras fotos que hicimos eran una autentica espantajería. No os las voy a enseñar ya que no aportan. Lo bueno es que disponíamos de tiempo y ganas así que volvimos adonde tenía mi moto a recoger un candado para el casco y volvimos a ponernos manos a la obra en una salida de incendios pintada de negro del hotel Room Mate. Allí le quite el gorro que llevaba, saqué el angular, monté la ventana que uso ahora en strobis, de 60x60 y disparé con tiempo esta foto. Luego incluso tuvimos tiempo para hacer alguna otra idea que se puede ver junto a esta foto en la edición de Madrid de la revista Mondo Sonoro.
En conclusión. Jon Spencer es una figura de la música que no pasará a la posteridad por esta foto dentro de mi archivo, mientras que Pional es una figura prácticamente desconocida en la actualidad que con esta imagen llamara la atención y sí pasará a engrosar las imágenes a tener en cuenta dentro de mi archivo.